Mi pasión

Michael Ende menciona, en su libro de La historia interminable, que hay tantas pasiones como personas hay en el mundo; coincido con él. La pasión es una inexplicable necesidad que posee el ser humano. A veces, esa pasión se refleja en una persona, a veces en algún objeto; otras lo toman como una actividad, como una fuente de vida, como un modo de vivir. Y fuera cual fuese la pasión que poseamos es válida, porque nos permite estar despiertos en este mundo de increíbles y no siempre buenas sorpresas. Esta es mi pasión: escribir. Dejar una huella en cada letra que trazo (en este caso, tecleo) es un ejercicio que no sólo involucra un acto mecánico o la liberación de las ideas. Es un contrato discreto y silencioso que existe entre tres protagonistas: las manos, la mente y el alma. Por eso le he llamado a este espacio complicidad.